lunes 2 de junio de 2025

Red de amor y contención en Entre Ríos

Familias de Abrigo: el calor de un hogar cuando más se necesita

El programa impulsado por el Copnaf ofrece acogimiento temporal a bebés y niños pequeños en situación de vulnerabilidad. Historias de amor, ternura y solidaridad de quienes abren su casa —y su corazón— para garantizar una infancia con afecto, seguridad y dignidad.

El programa Familias de Abrigo, promovido por el Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf), se afianza como una estrategia clave para brindar contención a niñas y niños en situación de riesgo. Su propuesta es simple pero profundamente humana: ofrecer acogimiento temporal a infantes de entre 0 y 2 años que, por distintas razones, deben ser separados momentáneamente de su familia de origen.

A diferencia de una adopción, este acompañamiento no es definitivo. Las familias de abrigo saben que su rol es transitorio, pero también que ese tiempo puede marcar para siempre la vida de ese niño o niña. Alimentación, juego, cariño, rutinas y apego son parte de ese día a día silencioso pero transformador.

Testimonios que emocionan

Silvana y Hernán, de Villa Elisa, no tienen hijos propios. Sin embargo, cuidaron durante más de un año a un niño prematuro que llegó a su vida sin palabras, pero con una necesidad urgente de amor. "Aprendimos a entenderlo sin que hablara, a leer sus gestos, a construir un vínculo desde lo más básico", cuenta Silvana. "Fue hermoso desde el primer día".

El entorno rural en el que viven, junto al apoyo del hospital local y la articulación constante con el Copnaf, fue el marco en el que este pequeño comenzó a crecer con seguridad y afecto. “Le dimos una base emocional y nosotros también crecimos como pareja”, resumen.

“Abuelos de abrigo”: amor sin fecha de vencimiento

Nora y Hugo, de Concordia, ya han acompañado a cinco niños y actualmente cuidan a uno más. Con hijos y nietos propios, lograron tejer una red de afecto intergeneracional que se expande y abraza a quien llega. "Cuando se van, se siente. Pero si se van es porque los espera un lugar mejor, y eso reconforta", dice Hugo con la sabiduría de quien entiende el amor como un acto de entrega.

En su familia, el niño acogido se integra con naturalidad. Los vínculos se entrelazan sin esfuerzos: juegos compartidos, abrazos, cumpleaños. “A veces seguimos siendo parte de su vida, aunque sea desde otro lugar. Eso también es amor”, dice Nora.

Familias que aprenden juntas

En San Justo, Natalia y Marcelo decidieron sumar al programa a toda su familia, incluidos sus cuatro hijos. “Nos preocupaba cómo lo vivirían, pero fue increíble ver cómo se involucraron con ternura y naturalidad”, dice Natalia. La hija mayor, de 18 años, fue clave en el proceso. Y como ellos, muchas familias destacan que este camino, aunque desafiante, también es profundamente enriquecedor.

En Basavilbaso, Claudia y René eligieron recibir a dos hermanitas para evitar que fueran separadas. “Permanecer juntas les da estabilidad emocional”, afirma Claudia, convencida del valor de los lazos que se construyen incluso en la incertidumbre.

Cómo formar parte

El programa requiere que los interesados sean mayores de 25 años, no estén inscriptos en el Registro de Adopción y participen en espacios de formación. A cambio, reciben acompañamiento profesional constante y una asignación mensual para cubrir gastos.

En el último año, la red de familias de abrigo en Entre Ríos se duplicó. Pero la convocatoria sigue abierta. “Queremos que ningún niño deba atravesar su primera infancia en un hogar institucional, si puede hacerlo en el calor de una familia”, afirmó Clarisa Sack, presidenta del Copnaf.

Quienes deseen sumarse pueden acercarse a la sede del Copnaf en Paraná (Corrientes 190, Planta Baja) o comunicarse al WhatsApp (0343) 535 0003.