Denuncia por demoras y trabas burocráticas
Una familia entrerriana denuncia que lleva cinco años intentando adoptar sin respuesta del sistema

Una pareja entrerriana atraviesa un duro y frustrante proceso en su intento por adoptar un niño o niña. Después de cinco años de espera, entrevistas y evaluaciones, aseguran que el sistema de adopción provincial “está colapsado” y que, pese a cumplir con todos los requisitos, fueron rechazados como postulantes sin explicaciones claras.
El testimonio fue difundido por David, quien decidió hacerlo público a través de sus redes sociales para visibilizar la situación que, según él, comparten muchas familias en Entre Ríos y en el resto del país.
“Hace cinco años nos inscribimos en el RUAER para iniciar un proceso de adopción, sin saber lo desgastante y frustrante que sería. Seguimos con la esperanza intacta de poder ampliar la familia y brindar oportunidad y derechos a niños o niñas para crecer bajo valores y vínculos sanos. Pero fue imposible”, expresó.
David señaló que el sistema prioriza criterios ideológicos y técnicos por sobre el derecho de los niños a tener una familia, y que los procesos burocráticos son tan lentos que muchos menores crecen dentro de instituciones sin lograr una vinculación estable.
“Después de años de entrevistas y de ser examinados una y otra vez, hoy podemos decir que adoptar en Argentina es muy difícil. Prevalecen otras ideologías más que los valores de familia. Es un sistema que falla por todos lados y que no resuelve las vinculaciones. Hay niños que salen de hogares de familia y vuelven a las instituciones por fallas del sistema”, lamentó.
El RUAER —Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos de Entre Ríos— es el organismo provincial encargado de evaluar y seleccionar a las familias que desean adoptar, en coordinación con la Autoridad Central Nacional de Adopciones. Sin embargo, numerosos casos recientes reflejan demoras de años, falta de acompañamiento y procesos poco transparentes que terminan desalentando a los postulantes.
David y su pareja afirman que continuarán buscando ser escuchados:
“Hoy el sistema nos dice que no somos aptos para ser padres adoptivos. Quienes nos conocen saben quiénes somos y cuáles son nuestros valores y principios. Pedimos simplemente que saquen sus propias conclusiones”, finalizó.
El caso volvió a poner en debate la necesidad de revisar los mecanismos de adopción en Argentina, donde miles de familias esperan una oportunidad mientras cientos de niños permanecen institucionalizados sin poder acceder al derecho de tener un hogar.